Implicaciones del desarrollo motriz en niños

Implicaciones del desarrollo motriz en niños

Por Rafael Santiago Salas
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Iniciemos preguntándonos qué son las habilidades motrices. A grandes rasgos son las acciones que involucran movimiento corporal (coordinación, dirección del movimiento, duración). Las habilidades motrices se dividen en dos categorías: (a) las habilidades motrices gruesas y (b) las habilidades motrices finas. Las primeras involucran a los músculos más grandes y están implicadas en actividades como balancearse, correr, saltar obstáculos, patear un balón, etc. Las segundas involucran a los músculos más finos para realizar un movimiento más preciso como marcar una X en el cuaderno, sujetar un pincel adecuadamente, escribir, etc. En internet es sencillo encontrar actividades para ejercitar las habilidades motrices, normalmente finas, pero cabe recordar que ambas son igualmente importantes.

Las habilidades motrices son fundamentales en el desarrollo de los niños, ya que les permiten interactuar con su entorno, explorar el mundo que les rodea y adquirir nuevas habilidades y destrezas. En este blog profundizaremos sobre la relación entre la motricidad y el rendimiento académico. Adicionalmente veremos que en los niños una buena salud física y mental se relaciona positivamente con habilidades motrices altas, repercutiendo en la autoestima y la confianza de ellos. Por último, daremos algunos consejos para ejercitar estas habilidades en casa.

Existe una relación entre el desarrollo de actividades motrices, aumento en la actividad física, y mejora en el rendimiento escolar, como lo evidencia Robinson, L. E., et al. (2015) cuando, luego de su intervención de actividades motoras, se encontró una mejora en la actividad física y las habilidades académicas.

Esta relación de la estimulación de actividades motrices y el aumento de la actividad física es respaldada por el estudio Ridgers, N. D., et al. (2016) donde, luego de realizar una intervención de habilidades motrices a un grupo de niños, observaron que invirtieron más tiempo en el recreo para realizar actividades vigorosas, mejorando la actividad física en los niños y posibilitando un mayor bienestar.

La segunda parte de la relación, ahora entre actividad física y rendimiento escolar, la respaldan los resultados encontrados por Chaddock, L., et al. (2012) y Best, J. R., & Miller, P. H. (2010), donde los niños con un mayor nivel de actividad física mostraron un mejor rendimiento académico al estimular principalmente la atención selectiva y la memoria de trabajo. Adicionalmente, Hillman, C. H., et al. (2009) encontraron que incluso una sola sesión de caminata mejoraba significativamente la memoria de trabajo en niños de 9 a 10 años.

Una actividad física aplicada adecuadamente conlleva a un mejor estado físico, Kamp, C. F., et al. (2014) examinó la relación entre el estado físico y el rendimiento académico en niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), donde los resultados mostraron que los niños con TDAH con mejor aptitud física tuvieron un mejor rendimiento académico que aquellos con peor aptitud física.

El rendimiento escolar es importante al igual que su bienestar psicológico, el cual guarda relación con la motricidad. Con respecto a la autoestima y autoconcepto (i.e., cómo me veo a mí mismo) se ha encontrado que, al examinar grupos de niños entre seis (6) a diez (10) años, aquellos con habilidades motoras más desarrolladas presentan mejor autoestima y percepción de su competencia física y social (Capio et al., 2021). Así mismo, entre los ocho (8) y los diez (10) años de edad, se encontró que un mayor desarrollo en las habilidades motoras se asociaba significativamente con un mejor autoconcepto físico; se ha encontrado también una relación entre una buena aptitud física (mejorada por las actividades motrices), y menor depresión y ansiedad. En el estudio de Esteban-Cornejo et al. (2019) se explora la anterior relación en niños de edad escolar, concluyendo que un mayor nivel de aptitud física se relaciona con un menor número de síntomas de ansiedad y depresión.

Los primeros dos estudios mencionados anteriormente muestran que, en los niños, el beneficio en el bienestar psicológico está mediado por unas habilidades motoras desarrolladas; mientras que en el tercer estudio nos muestra cómo las habilidades motrices, por medio de la aptitud física, reducen el número de síntomas de depresión y ansiedad en niños. Por estos motivos se entiende que el ejercicio y fortalecimiento de las habilidades motrices promueven un bienestar psicológico la población infantil, y esto permite que se sientan más seguros y afronten nuevos desafíos.

Es importante fomentar y desarrollar la motricidad en los niños desde temprana edad, y brindarles oportunidades para practicar diferentes actividades físicas y de deportes, así como también actividades artísticas y creativas que involucren la motricidad fina y la gruesa; en el ámbito escolar es fundamental que los educadores incluyan actividades que fomenten estos dos componentes de motricidad en el currículum.

Estas relaciones no se limitan al ámbito escolar, por lo cual es necesario que se practiquen y promuevan en el hogar. Para ejercitar las habilidades motoras gruesas piense en un deporte que involucre actividad física, ya sea fútbol, natación, basquetbol o danza; para las habilidades motoras finas piense en hobbies y actividades que requieran precisión y buena coordinación, como lanzar dardos, dibujar, escribir, etc. Tenga en cuenta que, si desea practicar estas habilidades en casa, lo más importante es conocer los gustos del niño a quién va dirigido para seleccionar actividades que le puedan interesar o que puedan llegar a gustarle dependiendo de sus preferencias. También es recomendable el acompañamiento en las actividades, y que sean abordados como juegos más que como tareas, esto para promover un ambiente de disfrute y aprendizaje.

Esta dinámica la abordamos en el taller de estimulación Desafíate I, donde abordamos la motricidad fina desde varios juegos y realizamos el acompañamiento y acomodación personalizada para cada participante, si te interesa puedes conocer más en LINKY.

Referencias

Best, J. R., & Miller, P. H. (2010). A developmental perspective on executive function. Child    Development, 81(6), 1641-1660.

Chaddock, L., Pontifex, M. B., Hillman, C. H., Kramer, A. F., & Alfano, C. A. (2012).               School-based physical activity and academic performance among elementary                 children: Evidence from cross-sectional and longitudinal studies. American Journal of      Health Promotion, 26(4), 235-242.

Engel, A., Broderick, C., van Doorn, N., Hardy, L., Ward, R., Kwai, N., & Parmenter, B.                       (2022). Effect of a Fundamental Motor Skills Intervention on Fundamental Motor                       Skill and Physical Activity in a Preschool Setting: A Cluster Randomized Controlled            Trial. Pediatric Exercise Science, 34(2), 57-66. Retrieved Jun 6, 2025, from                https://doi.org/10.1123/pes.2021-0021.

Hillman, C. H., Pontifex, M. B., Raine, L. B., Castelli, D. M., Hall, E. E., & Kramer, A. F.         (2009). The effect of acute treadmill walking on cognitive control and academic                     achievement in preadolescent children. Neuroscience, 159(3), 1044-1054.

Kamp, C. F., Sperlich, B., & Holmberg, H.-C. (2014). Exercise reduces the symptoms of                       attention-deficit/hyperactivity disorder and improves social behaviour, motor skills,        strength and neuropsychological parameters. Acta Paediatrica, 103(7), 709–714.                      https://doi.org/10.1111/apa.12628    

Robinson, L. E., Palmer, K. K., & Webster, E. K. (2015). The effects of a motor intervention     on preschoolers’ physical fitness, preschool competence, and cognitive development.           Early Childhood Research Quarterly, 30(Part B), 147–159.                                                    https://doi.org/10.1016/j.ecresq.2015.04.001

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