¿Cómo utilizar adecuadamente la tecnología con los más pequeños?

¿Cómo utilizar adecuadamente la tecnología con los más pequeños?

Por: Tatiana Sierra
Integrante SIEPSI

Es innegable el lugar que ha tomado la tecnología en nuestras vidas, la forma en que ha transformado nuestras relaciones interpersonales y el progreso que ha traído consigo. De hecho, la tecnología constituye una herramienta potencialmente útil para diversos campos de la pedagogía y el aprendizaje infantil; por ejemplo, brinda la oportunidad de acceder a nuevos conocimientos, estimular el lenguaje, acercarse a nuevas culturas y aprender sobre conductas prosociales como el respeto a las diferencias. Sin embargo, la exposición a pantallas desde temprana edad se ha convertido en un tema de debate entre la comunidad científica por los resultados divergentes sobre las consecuencias que puede traer. 

Veamos a continuación algunos de los argumentos en contra de su implementación. Los desarrollos en el campo de las Neurociencias han demostrado que los primeros años de vida son una etapa determinante en el aprendizaje de habilidades, las cuales, se alcanzan mediante la interacción directa con el ambiente y con otros seres humanos, especialmente los cuidadores principales. Al sentir, percibir y reaccionar ante los estímulos que le rodean, el bebé debería ser retroalimentado de manera asertiva, sin procurar una cantidad excesiva de estímulos o presionarlo para que alcance sus hitos de desarrollo más rápido, lo que supondría una estimulación temprana inadecuada.

 (Si le interesa conocer más sobre el tema de estimulación temprana, lo invitamos a leer nuestro blog Estimulación temprana, ¿sabemos realmente en qué consiste?”).

En el 2016 la Asociación Americana de Pediatría (AAP) expresó su preocupación por el uso desmedido de dispositivos tecnológicos (televisión, smartphones, tablets, computadores, etc.) en los más pequeños. Así mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Europea de Pediatría (EAP) y la Sociedad Canadiense de Pediatría (CPS) concuerdan en que el uso de tecnologías en los más pequeños debería ser más la excepción que la norma. De esta manera, la AAP publicó un artículo con varias recomendaciones, entre ellas, evitar el uso de la tecnología en menores de 18 meses, debido a la inmadurez de sus procesos psicológicos como el lenguaje, la atención, la memoria y la motricidad. La exposición constante a estímulos digitales produce el efecto conocido como “déficit de video”. Este consiste en la dificultad en niños menores de 1 año para comprender y transferir la información en formato 2D, que ven en los videos de pantallas, al formato 3D de la vida real, lo que influye en su capacidad para aprender a procesar la información relevante del entorno. Para sustentar dichas recomendaciones, las entidades mencionadas se apoyaron en una gran número de estudios que reportan una relación entre la exposición temprana a las pantallas durante los primeros años de vida y el desarrollo de problemas de salud, cognitivos, socioemocionales y conductuales (AAP, 2016; Cerisola, 2017; Martinez, 2021).

En cuanto a la esfera cognitiva, se han encontrado dificultades en el desarrollo del lenguaje y las funciones ejecutivas, como mantener la atención en una tarea determinada, la resolución de problemas y el control de la impulsividad y la atención. Respecto a este último proceso, estudios observacionales han relacionado la exposición a estímulos rápidos en televisión a los 3 años de edad con déficit atencionales posteriores en la infancia (Christakis, 2018). Aunque la asociación entre esta variable y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sigue en estudio en humanos (Beyens, Valkenburg y Piotrowski, 2018), en modelos animales, Christakis et al. (2018) encontraron que la estimulación sensorial excesiva podría conllevar problemas cognitivos y comportamentales. 

Entre las principales implicaciones en el ámbito de la salud, se encuentra la asociación entre los problemas de sueño en los niños y tener pantallas en sus habitaciones, que esten expuestos a pantallas una hora antes de dormir o utilizarlas durante largos periodos en el día. Así mismo, la falta de actividad física por uso excesivo puede ocasionar sedentarismo y problemas cardiovasculares, respiratorios y de obesidad.

Por otro lado, en cuanto a los problemas socioemocionales y comportamentales, un estudio realizado por Srisinghasongkram et al. (2021) encontró que los niños expuestos a dos o más dispositivos tecnológicos al mismo tiempo, antes de los 18 meses y durante un largo periodo de tiempo, presentaban más problemas comportamentales a los 4 y 6 años. Otros estudios han encontrado que los problemas de agresividad están más relacionados con el contenido de los programas de televisión que consumen los niños entre 3 y 5 años que por su uso per se (Manya y Quiroz, 2020). Por último, el tiempo que los padres dejan a sus niños utilizar los medios tecnológicos podría estar enmascarando problemas comportamentales previos; por ejemplo cuando un niño tiene pataletas muy fuertes y continuas y los padres optan por calmarlo con un dispositivo, se encubren problemas de autorregulación y manejo de la frustración que podrían ser identificados y tratados a tiempo. Además, la exposición temprana a pantallas puede disminuir sustancialmente el tiempo de interacción cara a cara de padres e hijos, lo que afectaría el aprendizaje de los niños para reconocer emociones propias y de otros, la autorregulación emocional y, posteriormente, la correcta socialización con pares.

Ahora miremos la otra cara de la moneda. Ophir, Rosenberg y Tikochinski (2021) hicieron una revisión cuantitativa de los estudios en que se apoya la OMS para la publicación de su “guidelines on physical activity, sedentary behavior and sleep for children under 5 year of age” (2019). Mediante un meta-análisis de 33 estudios los autores obtuvieron: 1) un tamaño del efecto muy bajo (r = 0,095) (es decir, el tamaño del efecto de todos los estudios en conjunto) y 2) efectos muy bajos o nulos en la gran mayoría de resultados, lo que demuestra la poca evidencia causal entre exposición a las pantallas y dificultades posteriores en el desarrollo psicológico de los niños. Así mismo, otros estudios han encontrado que la exposición a cierto tipo de contenidos durante juegos interactivos (p.e. tablets o smartphones) puede mejorar habilidades cognitivas a corto plazo como el procesamiento visual y espacial, la atención y la memoria de trabajo.

Otro ejemplo son los programas educativos como Plaza Sésamo que pueden enriquecer las habilidades de lecto-escritura y el comportamiento prosocial, el vocabulario de los niños, es decir, las habilidades académicas en general (Anderson y Subrahmanyam, 2017) Teniendo en cuenta la era digital por la que atravesamos hoy en día, es casi inevitable que los niños estén expuestos a la tecnología, por ello, Heller (2021) propone que se deberían flexibilizar un poco las recomendaciones de la AAP y de la OMS y dar una guía más detallada de lo que sí pueden hacer los padres para usar los dispositivos de manera adecuada con sus hijos.

Para concluir, existen muchas variables que intervienen en las consecuencias, tanto positivas como negativas, del uso de dispositivos electrónicos en niños pequeños. Lo cierto es que la tecnología llegó para quedarse y es mejor aprender a utilizarla sabiamente. A partir de nuestra revisión, estas son algunas de las conclusiones a las que llegamos: 

  • Tenga en cuenta la edad en que comienza a exponer a sus hijos a las pantallas. Entre más pequeños son, mayor implicaciones podría haber.
  • Acompañe siempre a sus hijos y utilice la tecnología como una herramienta para interactuar con ellos sin dejar de lado las interacciones cara a cara y el juego.
  • No abandone otras actividades vitales para los niños como la socialización, el juego con pares, el deporte, los hábitos de sueño y alimenticios (p.e. evite que coman mientras utilizan un dispositivo) y las actividades creativas que involucren motricidad como pintar, dibujar y construir.
  • Ponga límites claros y dé ejemplo a sus hijos sobre cómo se usa la tecnología adecuadamente; para ello, se pueden guiar del plan familiar personalizado que propone la AAP.
  • Revise la calidad y pertinencia de los contenidos que están consumiendo sus hijos ya que muchos proclaman ser educativos o estimular ciertas áreas del desarrollo cuando en realidad no tienen un sustento teórico y válido que lo respalde.
  • Evite utilizar los dispositivos electrónicos como medio para entretener a los niños cuando dicen “estar aburridos” o para calmarlos en situaciones de estrés o disgusto; en estas ocasiones lo mejor es establecer un diálogo y ayudarle al niño a entender sus emociones.

Referencias

AAP COUNCIL ON COMMUNICATIONS AND MEDIA (2016). Media and Young Minds. Pediatrics, 138(5).

Anderson, D. R. y Subrahmanyam, K. (2017). Digital screen media and cognitive development. Pediatrics, 140(Supplement 2), S57-S61.

Beyens, I., Valkenburg, P. M. y Piotrowski, J. T. (2018). Screen media use and ADHD-related behaviors: Four decades of research. Proceedings of the National Academy of Sciences, 115(40), 9875-9881.

Cerisola, A. (2017). Impacto negativo de los medios tecnológicos en el neurodesarrollo infantil. Pediátri Panamá, 201708(46), 2. 

Christakis, D. A., Ramirez, J. S. B., Ferguson, S. M., Ravinder, S. y Ramirez, J. M. (2018). How early media exposure may affect cognitive function: A review of results from observations in humans and experiments in mice. Proceedings of the National Academy of Sciences, 115(40), 9851-9858.

Ferreira, J., Prucha, B., Pinto, O., Souto, R., Lima, R. P. y Morna, C. (2020). Screen time use in children less than five years old. NASCER E CRESCER-BIRTH AND GROWTH MEDICAL JOURNAL, 29(4), 188-195. 

Heller, N. A. (2021). Infant media use: A harm reduction approach. Infant Behavior and Development, 64, 101610.

Manya, L. Z., y Quiroz, I. A. (2020). Exposición a programas televisivos infantiles no educativos y conducta agresiva en infantes de educación inicial-Cajamarca. [Trabajo de grado en Licenciatura de Psicología, Universidad Privada Antonio Guillermo]. http://repositorio.upagu.edu.pe/handle/UPAGU/1211

Martínez Alcolea, P. (2021). El uso de las tecnologías en la primera infancia.[Trabajo de grado en Educación Primaria, Universidad de Murcia].  https://digitum.um.es/digitum/handle/10201/109301 

Srisinghasongkram, P., Trairatvorakul, P., Maes, M. y Chonchaiya, W. (2021). Effect of early screen media multitasking on behavioural problems in school-age children. European Child & Adolescent Psychiatry, 30(8), 1281-1297.

Ophir, Y., Rosenberg, H. y Tikochinski, R. (2021). What are the psychological impacts of children’s screen use? A critical review and meta-analysis of the literature underlying the World Health Organization guidelines. Computers in Human Behavior, 106925. 

Organización Mundial de la Salud. (‎2019)‎. Guidelines on physical activity, sedentary behaviour and sleep for children under 5 years of age. World Health Organization. https://apps.who.int/iris/handle/10665/311664

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