LA POSIBILIDAD DE EXPERIEMENTAR EN EDUCACIÓN.

LA POSIBILIDAD DE EXPERIEMENTAR EN EDUCACIÓN.

Por: Edwin Galindo
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“Experimentar” y “Educación”, dos palabras que te hacen feliz, como tu “Bon Yurt”, o al menos si este es tu campo de interés. Y si no lo es, no te vayas, te puede llegar a interesar. Si haces una búsqueda rápida en tu navegador de confianza, de seguro encontrarás temas relacionados, especialmente en la importancia de la experimentación para promover y fortalecer el pensamiento crítico en los y las estudiantes. Podrás encontrar información como, por ejemplo, que desde temprana edad los niños y niñas se encuentran en un entorno que les invita a desarrollar actividades relacionadas con la experimentación: desde tocar el vaso del que bebe mamá para descubrir con el tacto que está caliente, hasta experimentos más “avanzados” y sistematizados clásicos del sistema educativo (muchos recordaremos en este apartado el clásico experimento de germinar dos granos de fríjol – o arveja – para descubrir qué tan importante es la luz solar en dicho proceso). Así mismo, encontrarás grandes referentes que se han interesado en este tema, siendo el primero, al menos en reconocimiento, el afamado epistemólogo y biólogo suizo (y no olvidemos “padre de la epistemología genética”) Jean William Fritz Piaget. Mucho podríamos decir de tan afamado personaje y más dentro del ámbito que nos concierne, pero ese no es el alcance ni la finalidad de este escrito.

Avanzando con el tema presentado, no solo es la importancia de la enseñanza en la educación. Claro que es importante enseñarles a nuestros estudiantes a pensar científicamente, y sin dejar de lado lo artístico, pero hasta ahí no llega nuestra curiosidad científica. No nos basta con enseñar a pensar científicamente y educar en experimentación, al menos no como psicólogos, como científicos de la conducta y la psique humana, nos gusta ir más allá, y hemos encontrado referentes que se han atrevido a experimentar con niños; cómo olvidar al sabio Skinner que llegó a experimentar con su hija, o a un no muy reconocido Winthrop Niles Kellogg, quien dentro de  su curiosidad científica diseño un experimento con el interés de conocer qué nos hace humanos a los humanos. De seguro, esta información y otra íntimamente relacionada es lo que encontrarás si buscas “Experimentar” y “Educación” en cualquier navegador. Pero ¿Solo a esto nos podemos limitar? Es decir, ¿o enseñamos a “experimentar” o enseñamos sobre experimentos ya realizados? Si eres un apasionado o una apasionada por la investigación, ya podrás imaginar la respuesta a esta incógnita.

Sí, como muchas cosas en lo que nos concierne a conducta humana y la psique, es un rotundo “Depende”. Claro que “enseñar sobre experimentos” o “enseñar a experimentar” no es lo único que se puede hacer si queremos vincular estas dos palabras, pero tampoco es lo que podemos experimentar en educación, al menos no de forma estricta. Me explico, cuando hablamos de experimentación en psicología, sabemos que nos encontraremos con dos problemas que se fundamenta bajo la misma premisa: no podemos replicar una conducta natural en un ambiente controlado como resulta ser el laboratorio. Es decir, obtenemos una conducta o respuesta natural o controlamos las variables de nuestro interés, pero seguramente no podremos hacer ambas cosas. En ningún momento se quiere afirmar que no existe posibilidad alguna de experimentar, pero nos encontraremos trabas como “resultados obtenidos en un laboratorio no se pueden generalizar a la cotidianidad” o “en la conducta humana no se puede controlar tal cantidad de variables”. Pero ¡Ey!, no todo está perdido. Si esto nos limitara, no hubiéramos podido avanzar en conocimiento científico desde Miligran (1963) o Curtis, Haney, Jaffe & Zimbardo (1971). Aquí es donde nos salva los métodos de investigación cuasiexperimental, donde se réplica la conducta humana y existe un control de variables, o al menos la consideración del impacto de estas en dicha conducta, más allá de un laboratorio. Es gracias a esto que podemos extender nuestra curiosidad científica no solo a la enseñanza, sino alproceso en sí. Y es que esto es lo que implica el experimentar en educación

“Experimentar en educación” no se debe limitar a su enseñanza o la práctica dentro de esta enseñanza. ¿Cómo saber qué metodología es la más adecuada a la hora de enseñar? ¿Cómo saber que la gamificación trae ventajas distintas a una enseñanza tradicional? ¿Acaso todos los estudiantes tienen la misma forma de aprender y aprehender conocimientos? Muchos de estos temas que hoy son base de la enseñanza no tendrían sus fundamentos si no fuera posible experimentar en el proceso mismo que es la educación. Y es que ¿Qué fundamentos tendría la pedagogía? O ¿Qué sería de la didáctica sin la posibilidad de experimentar en los procesos educativos? Como ya abran visto navegando en esta página, las posibilidades de experimentar en educación se limitan a nuestra “imaginación científica”, y si no lo has visto, te invitamos a profundizar en esta web, donde encontrarás acercamientos a través de distintos modelos para descubrir cuál resulta más eficiente a las necesidades propias de estudiantes que cursan distintas materias. Nuestros descubrimientos podrán ser de ayuda a la hora de ejercer tu rol como educador, como investigador, y por qué no, como un educador que investiga.

Bibliografía

Berrio, A. (2009). La experimentación dirigida como método eficaz de la investigación y del aprendizaje significativo. Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Escuela de ciencias de la educación.

Curtis, WHaney, C., Jaffe, D & Zimbardo, P. (1971) The Stanford Prison Experiment: A Simulation Study of the Psychology of Imprisonment conducted August 1971 at Stanford University.

Jorge, M. (2017). El bebé que vivía en una caja (o cómo una noticia falsa de los medios acabó con un proyecto científico). Retrieved from https://es.gizmodo.com/el-bebe-que-vivia-en-una-caja-o-como-una-noticia-falsa-1790840085

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