Imaginación y creatividad en los niños utilizando medios digitales

Imaginación y creatividad en los niños utilizando medios digitales

Por: Tatiana Sierra
Integrante SIEPSI

La habilidad para crear en nuestra mente nuevos mundos, historias, personajes e ideas extraordinarias, que luego plasmamos en nuestra realidad, sigue sorprendiéndonos a diario.  Dos procesos psicológicos transversales a dicho desarrollo innovador son la creatividad y la imaginación, procesos que podemos nutrir y fortalecer desde la infancia para sacar un mayor provecho de sus beneficios a largo plazo. 

La imaginación es ese proceso cognitivo donde manipulamos mentalmente elementos adquiridos en experiencias pasadas con el fin de generar nuevos productos o soluciones en situaciones del presente, es decir, es una habilidad que utilizamos a diario y no solo cuando fantaseamos o creamos posibles escenarios en nuestra mente. Según Vygotsky (2004), uno de los psicólogos más célebres en el estudio de la educación y el desarrollo desde una perspectiva cultural-histórica, la imaginación surgió como una respuesta adaptativa a la necesidad de crear posibles desenlaces a situaciones futuras; esto representa una ventaja evolutiva pues nos permite prever consecuencias tanto negativas como positivas en el entorno.

El desarrollo de la imaginación es transversal a todos los procesos psicológicos que se están adquiriendo durante la infancia, por ejemplo, la creación de imágenes mentales sobre lo que nos rodea, tener una idea de nosotros mismos como entidades diferenciadas de los demás y crear y recordar asociaciones entre diferentes eventos. En otras palabras, la imaginación cumple un papel crucial en el desarrollo de la inteligencia, la personalidad, la identidad y, en general, la manera en que damos sentido al mundo que nos rodea.

Siguiendo con Vygotsky (2004), su teorización de la imaginación presenta tres aspectos claves a resaltar: a) la imaginación tiene un componente intelectual y uno afectivo, b) la imaginación va de la mano con el pensamiento y, por ende, con su desarrollo en las diferentes etapas del niño y c) tanto el pensamiento realista como la imaginación son procesos sociales y verbales. Analizemos más a fondo estos planteamientos.

La creencia de que los niños tienden a ser más imaginativos que los adultos parte del poco control emocional que estos tienen sobre su imaginación, es decir, realmente creen en lo que sucede en sus escenarios imaginados (o sucedió) y la repercusión en sus emociones es tan real que generalmente no saben cómo controlarlas. Por esto, a medida que se van desarrollando otras habilidades cognitivas y de autorregulación, los niños aprenden a diferenciar entre los recuerdos o situaciones producto de su imaginación y lo que sucedió realmente. 

En cuanto a su relación con el desarrollo intelectual, una de las habilidades más destacables, y necesarias para el pensamiento abstracto y la representación simbólica, es la “ley del pivote”. Esta consiste en la posibilidad de transferir funciones y características de unos objetos a otros que, anteriormente, no las tenían; por ejemplo, otorgarle a una escoba la característica de volar o de ser un caballo. A partir de esta habilidad los niños estructuran sus juegos, sirviendo tanto de sustento social para encontrarse con otros niños como de sustento cognitivo al ser una habilidad clave para la flexibilidad cognitiva, la resolución de problemas, especialmente los abstractos, y la creatividad. 

En cuanto a la relación del desarrollo de la imaginación y el contexto particular de cada niño/a, Vygotsky (2004) destaca cómo las diferentes herramientas psicológicas utilizadas por el niño para desarrollar su propia imaginación están inevitablemente atravesadas por la cultura. Un claro ejemplo es el lenguaje y los elementos que se destacan de la tradición oral y los cuentos en cada sociedad particular. El niño toma estos aspectos, los interioriza, memoriza y comienza a crear sus propias historias mentales. Con el paso del tiempo, se convertirá en un experto en el manejo de su imaginación, llevando a cabo este proceso de manera más consciente, estructurada e intencionada. Dominar la imaginación significa que también hay un dominio de sus emociones, de sus herramientas cognitivas y del propio pensamiento, por ello es un aspecto tan importante a trabajar (Gajdamaschko, 2005).

Por otro lado, tenemos la creatividad. Un concepto intrínsecamente ligado a la imaginación, aunque un poco más complejo, pues engloba diferentes procesos cognitivos como el pensamiento divergente y la solución de problemas; aspectos emocionales como la motivación y también la personalidad y la inteligencia. En la literatura existen muchos aspectos que definen la creatividad, entre ellos están la originalidad, la apropiación del proceso creativo, la flexibilidad, la fluidez y la elaboración de un producto innovador, bien sea desde la perspectiva de su creador o para la sociedad en la que se encuentra. En ese orden de ideas, la creatividad no es solo un proceso cognitivo, sino que está inmerso dentro de un marco contextual e individual más grande.

Algunos modelos propuestos, como el de Rhodes (1961, citado en Abdulla y Cramond, 2016), de las 4Ps: Proceso creativo, Persona creativa, Producto creativo y Press creativo (ambiente), nos permiten hacernos una imagen más clara del amplio panorama que abarca la creatividad; además, para conocedores de la evaluación psicológica e infantil, puede dar herramientas para realizar una valoración individualizada de cada caso, atendiendo a las necesidades particulares del niño y así, crear un ambiente propicio para el desarrollo creativo. Veamos a continuación en qué consiste cada elemento del modelo:

  • Proceso creativo: como su nombre lo indica, son las habilidades involucradas en el proceso de creación de un producto innovador; según Guilford (1967, citado en Abdulla y Cramond, 2016) existen 4 elementos del pensamiento divergente, entendido éste como la solución creativa a un problema gracias a la búsqueda de diversas opciones de resolución, aunque sean poco convencionales. Entre dichos elementos encontramos varios ya mencionados en la definición de creatividad: fluidez, flexibilidad, originalidad y elaboración.
  • Persona creativa: variables como personalidad, conductas, estilos de pensamiento, actitudes y valores son importantes al momento de determinar qué tan creativa es una persona.
  • Producto creativo: este elemento nos remite a un interrogante fundamental de la evaluación de la creatividad, ¿cómo definir objetivamente qué tan creativo es un producto? Existen varias medidas cuantitativas y de acuerdo entre observadores como el Creative Product Semantic Scale o el Consensual Assessment Technique (CAT).
  • Press o ambiente creativo: esta dimensión destaca el matiz individual que brindan a la creatividad aspectos como la personalidad y la cultura en la que está inmerso el niño/a como su familia, escuela, amigos y, en general, todas los sistemas que lo rodean. Por un lado, han encontrado que la creatividad florece en ambientes enriquecidos, con oportunidades para explorar, ser independiente y donde la originalidad es apoyada y valorada positivamente. Así mismo, se ha encontrado que aspectos del estilo parental como la aceptación y manejo de la autoridad adecuado pueden ser indicadores de la creatividad en los niños (Krumm, Vargas y Gullón, 2013) por lo que el ambiente familiar y el compromiso de los cuidadores en este proceso de desarrollo es fundamental.

Como se mencionó anteriormente, uno de los mayores logros en el desarrollo de la imaginación y la creatividad es aprender a dominarlas, a utilizarlas de manera productiva o satisfactoria, bien sea para dar solución a problemas de la vida cotidiana o para crear productos innovadores como emprendimientos, obras de arte, producciones literarias o musicales, etc. En este momento, el/la lector/a estará pensando cómo puede contribuir desde su contexto para que el desarrollo imaginativo y creativo del niño sea fructífero. Bueno, como todo en la vida, no hay una fórmula mágica preestablecida para lograrlo pero a continuación presentamos una alternativa fácil de realizar y muy divertida. 

La creación de historias apoyada en la tecnología (digital storytelling) es una herramienta de creación literaria ampliamente utilizada donde no solo se refuerzan las habilidades lingüísticas, sino que también facilita el entrenamiento de habilidades como la expresión y estructuración adecuada de ideas, la comunicación de los sentimientos, la memoria y la socialización, pues propicia el compartir entre niños y con otros adultos. Hoy en día las herramientas digitales suponen una ventaja enorme al hacer más interactivo el proceso de creación y lectura de historias, atrayendo más a los pequeños al darles la sensación de estar en control de su propio proceso creativo.

La plataforma digital interactiva  “Historias para armar” es una iniciativa de Disney Latino que nos brinda una serie de herramientas gratuitas para comenzar el proceso creativo de storytelling con nuestro hijo/a o alumnos. Mediante la creación de historias se busca potenciar las habilidades de lectoescritura, socioemocionales, de pensamiento crítico, trabajo en equipo y diseño digital en los pequeños. Acompañados de un adulto, los niños entre 8 y 11 años pueden comenzar a explorar los 3 módulos de la plataforma: EXPLORAR, CREAR Y CONTAR, aprovechar el material con o sin conexión a internet y las guías de actividades para las familias y maestros donde se utilizan materiales tanto físicos como digitales.  

Explorar alternativas diferentes para conectar con los niños mientras los apoyamos en el desarrollo de sus procesos psicológicos (en este caso, la imaginación y la creatividad) puede volverse una tarea complicada, bien sea por falta de tiempo o porque se tiene poco conocimiento de herramientas que puedan guiarnos y mediar este proceso de acompañamiento. La plataforma digital presentada es solo una de muchas opciones que pueden encontrarse en la web. Seguramente si se ponen en la tarea de explorar, encontrarán diversas actividades para la estimulación de la creatividad y la imaginación, lo importante al momento de escogerlas es evaluar su pertinencia y calidad para que sean de provecho para los niños/as. Ahora la tarea para los adultos es divertirse, dejar fluir su imaginación y permitirse encontrar su niño interior junto a los mejores maestros, los y las niños y niñas.

Bibliografía

Abdulla, A. M. y Cramond, B. (2017). After six decades of systematic study of creativity: what do teachers need to know about what it is and how it is measured?. Roeper Review, 39(1), 9-23.

Disney Latino. (21 de mayo de 2021). Llega Historias para Armar, una iniciativa que busca acompañar el desarrollo infantil en el mundo actual. https://disneylatino.com/disney-momentos-magicos/llega-historias-para-armar 

Gajdamaschko, N. (2005). Vygotsky on imagination: Why an understanding of the imagination is an important issue for school teachers. Teaching Education, 16(1), 13-22.

Garzotto, F., Paolini, P. y Sabiescu, A. (2010, June). Interactive storytelling for children. En Proceedings of the 9th International Conference on Interaction Design and Children (pp. 356-359).

Krumm, G., Vargas-Rubilar, J. y Gullón, S. (2013). Estilos parentales y creatividad en niños escolarizados. Psicoperspectivas, 12(1), 161-182.

Vygotsky, L. (2004). Imagination and Creativity in Childhood, Journal of Russian & East European Psychology, 42(1), 7-97.

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