La relevancia de las relaciones tempranas: teoría del apego

La relevancia de las relaciones tempranas: teoría del apego

Por: Ruth María Cuentas
Integrante SIEPSI

En Colombia, al igual que los países de América Latina y el Caribe existen violencias contra los niños, niñas y adolescentes. Según una revisión sistematizada realizada por la Unicef (2021), se evidencia que la violencia física es la más frecuente en Colombia. Adicional a esto, las tasas de homicidio en los municipios, la presencia de violencia armada, la pobreza en los hogares y la pobreza del municipio se asocian con el comportamiento de las madres o cuidadores de golpear a sus hijos e hijas con algún objeto. 

Teniendo esto en mente, se hace relevante resaltar la importancia y la calidad de las relaciones tempranas en un niño y la influencia que ello tiene en su desarrollo psicosocial, pues cuando no son adecuadas pueden generar en su vida adulta algún tipo de psicopatología o dificultades para relacionarse con los demás, así mismo, visibilizarlo puede ayudar en la promoción y prevención de su salud mental.

Teniendo en cuenta que los primeros años de vida merecen una especial atención, ya que es una etapa decisiva para el aprendizaje de comportamientos y hábitos esenciales posteriormente para cada individuo, traigo a colación la teoría del apego, donde según Bowlby (1988) existen varios tipos de apego, o vínculos afectivos primarios, los cuáles son seguro, ambivalente y evitativo, cada uno ligado a un tipo de crianza por parte del cuidador. Considerando lo mencionado por Repetur y Quezada (2005), sobre el postulado original de Bowlby, señalan que los bebés humanos tienen un sistema conductual del apego, como una condición esencial de la especie al igual que se observa en otras, lo que significa que el bebé llegará a vincularse con una figura materna en el rol de cuidador principal, rol que no siempre es hecho por la madre biológica.

En primer lugar, según Bowlby (1988), el apego seguro se da cuando el niño confía en que sus padres o cuidador principal “serán accesibles, sensibles y colaboradores, si él está en una situación adversa o atemorizante” (p. 145). En este sentido, en momentos donde el niño ha pasado por una situación difícil, el cuidador brinda protección y consuelo.

En segundo lugar, el apego ambivalente se presenta cuando el niño no tiene seguridad de si su cuidador principal será accesible o sensible en los momentos que necesite ayuda, según Bowlby (1988) “esta incertidumbre, siempre tiene tendencia a la separación ansiosa, es propenso al aferramiento y se muestra ansioso ante la exploración del mundo” (p. 146). Este comportamiento del niño es favorecido por el cuidador principal ya que en algunos momentos es accesible, colaborador en los momentos que el menor lo necesita y en otros momentos no, adicional también ocurre por separaciones entre el niño y su cuidador principal.

Finalmente, el apego evitativo se genera en niños donde el cuidador principal no atiende sus necesidades emocionales cuando lo necesita, es decir hay un rechazo constante hacia el niño cuando busca consuelo y protección, lo que induce a que haya una desconfianza hacia el cuidador principal, por lo tanto no espera de éste último amabilidad, amor o protección, por lo que en general según Bowlby (1988) “intenta vivir su vida sin el amor y el apoyo de otras personas, intenta volverse emocionalmente autosuficiente y con posterioridad puede ser diagnosticado como narcisista” (p. 146). 

Adicional a estos tipos de apegos propuestos por Bowlby, está el apego desordenado, formulado por Mary Main y Judith Solomon, donde según Main y Weston (1981, como se citó en Bowlby, 1988), el niño muestra una versión desorganizada de una las tres pautas típicas. Algunos de los ejemplos se dan en niños que han sido abusados físicamente y descuidados por el cuidador principal, también “se produce por madres que padecen la enfermedad afectiva bipolar (…) o están pasando por un duelo (…) o cuyas madres en su infancia sufrieron de abuso sexual y físico” (Bowlby,1988, p. 147).

En relación con los tipos de apegos que se han explicado, Harlow (1958) desarrolló un experimento con monos Rhesus, se evidenció que un mono bebé criado en el piso de una jaula de malla de alambre desnudo sobrevive con dificultad, si es que sobrevive, durante los primeros cinco días de vida. Si se introduce un cono de malla de alambre, el bebé mejora; y, si el cucurucho se cubre con tela de rizo, evolucionan bebés fornidos, sanos y felices. Aquí se evidencia la importancia que tiene un contexto cálido y ameno en el desarrollo del mono bebé. Adicional a esto, Harlow también estudió el desarrollo de las respuestas afectivas de los monos recién nacidos y bebés a una madre artificial e inanimada, para esto, construyeron dos tipos de madre sustituta, una era agradable, acolchada al tacto y cálida; la otra madre era de alambre con poca comodidad al tacto, adecuada para brindar soporte postural y lactancia. En el experimento inicial, la madre de tela amamantó y la madre de alambre no, esta condición también se invirtió para otro grupo de monos bebé. En cualquiera de las dos condiciones, el mono bebé recibía toda su leche a través de la madre sustituta. Harlow evidenció que los monos con la madre de alambre lactante (poco confortable) mostraron una respuesta decreciente hacia ella y una respuesta creciente a la madre de tela no lactante (confortable), este fue un hallazgo completamente contrario a cualquier interpretación de que la forma materna está condicionada a la reducción del hambre y la sed. Se concluyó que la madre de alambre es biológicamente adecuada ya que suple las necesidades de nutrición, pero psicológicamente inepta.

Adicional a los aportes de Harlow, Ainsworth y Bell (1970, como se citó en Oliva, 2004) diseñaron una situación experimental para examinar el equilibrio entre las conductas de apego y de exploración en circunstancias de alto estrés. Este experimento está muy relacionado con la teoría del apego, ya que se evidencia una relación estrecha entre el tipo de relación que hay entre el cuidador principal y el menor, y la forma en la que se comporta el menor en una situación extraña. 

La Situación del Extraño es una situación de laboratorio en donde la madre o cuidador principal y el niño son introducidos en una sala de juego en la que se incorpora una persona extraña o desconocida para el niño. Mientras el extraño juega con el niño, la madre o cuidador principal se va del lugar dejándolo solo con el extraño. Posterior a esto, el cuidador principal regresa y vuelve a irse, pero esta vez con el extraño, dejando al niño completamente solo. Por último, regresan la madre y el extraño. Ainsworth y Bell encontraron evidentes diferencias individuales en el comportamiento de los niños, en donde se evidenció, en primer lugar, que los niños con apego seguro usaban al cuidador principal como base segura y se permitían explorar, sin embargo, cuándo este salía de la habitación este comportamiento de exploración disminuía. Al regreso de la madre se acercaban alegremente a esta buscando algún contacto físico para finalmente volver a la conducta de exploración.

En segundo lugar, los niños con apego inseguro evitativo mostraban un comportamiento independiente, es decir no usaban al cuidador principal como base segura, por lo tanto, exploraban y jugaban ignorando la presencia de este, en cuanto el cuidador abandonaba el lugar, el niño no se mostraba afectado y tampoco disminuía su comportamiento de exploración, cuando el cuidador volvía no buscaban cercanía física, incluso si este lo buscaba, el niño le rechazaba. Finalmente, los niños con apego ambivalente mostraron un comportamiento de mucha preocupación por la presencia del cuidador principal en cuanto se permitían explorar, estos fueron quienes más mostraron malestar cuando el cuidador salía del lugar y en cuanto regresaba se mostraban ambivalentes, ya que presentaban comportamientos entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y el mantenimiento de este.

Con este último experimento, se evidenció nuevamente la importancia del establecimiento de una relación estable, cálida entre el niño y el cuidador debido a la fuerte influencia que tiene en este, ya que en consecuencia aprende cómo debe relacionarse con los otros. En este sentido, como se ha expuesto a lo largo del blog hay una clara relevancia de las relaciones tempranas en relación a la teoría del apego, por lo tanto, es de suma importancia que el cuidador principal desarrolle un apego seguro con el niño(a) atendiendo a sus necesidades psicológicas, es decir, estar disponible emocionalmente cuándo este lo necesite. Así mismo, teniendo en cuenta el experimento de Harlow (1958) se puede reflexionar que aunque es necesario atender sus necesidades básicas como alimento, vivienda, etc. también es importante, atender sus necesidades psicológicas, sin necesidad de recurrir a la violencia física o emocional, ya que como se evidenció esto conlleva a otros comportamientos que son indeseados.

Referencias

Bowlby, J. (1988). Una Base Segura: Aplicaciones Clínicas de una Teoría del Apego. Paidos. https://holossanchezbodas.com/wp-content/uploads/2021/08/John-Bowlby-Una-base-segura.pdf

Griffin, G. A. y Harlow, H.F. (1966). Effects of three months of total social deprivation on social adjustment and learning in the rhesus monkey. Child Development37(3), 533-547.

Harlow, F. (1958). The Nature of Love. Am Psychol13, 673-685. http://psychclassics.yorku.ca/Harlow/love.htm

Oliva, A (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente4(1), 65-81.

Repetur, K. y Quezada, A. (2005). Vínculo y desarrollo psicológico: La importancia de las relaciones tempranas. Revista Digital Universitaria6(11), 2-15.

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